sábado, 29 de diciembre de 2012

¿ Los años tienen culo ?

He estado analizando si los años tienen culo y he llegado a la conclusión de que no. Pueden tener cara y ser buena o mala pero no tienen culo.
Y esto hay que remediarlo porque el año 2012 que termina se merece una gran patada en el culo.
Se me ocurre, como remedio, hacer una gran bola y llenarla de todo aquello que menos nos haya gustado durante este nefasto año. No se puede incluir todo lo que nos disgusta porque el tamaño de la bola tendería a infinito y sería incontrolable.
Yo, por ejemplo, metería los recortes de derechos sociales y de dependencia, el euro por receta, el repago de medicinas, las estafas y los estafadores,los desaprensivos, los malos políticos, los malos asesores, las actitudes de los diputados que juegan a apalabrados mientras votan sí a la privatización de la sanidad, de  Mariano Rajoy porque si hace lo único que se puede hacer, sobra, de la Báñez y su inutilidad manifiesta, de Montoro y su sonrisa siniestra, de Wert y sus obsesiones, de los nacionalistas ultramontanos, de la oposición política si supiera donde está,de los prepotentes como Díaz Ferran y Arturo Fernández que firma lo que le pongan delante siempre que le proporcione un beneficio económico,a Rato y sus predecesores que hicieron de una Caja, un cajón lleno de agujeros,a la carcundia mediática, del pequeño Losantos, del rellenito Sostres, de la prensa que sólo busca el beneficio olvidando informar verazmente, del promotor de la desgraciada macrofiesta del Madrid Arena, de los asesinos que andan sueltos, de los que defienden lo indefendible,etc, etc, y de lo que se pueda añadir, que es muchísimo y de tanto y tanto personaje y personajillo.
Una vez bien repletita la bola, la subiría hasta lo alto de un monte cuya ladera llegara hasta el mar , en una zona escarpada y peligrosa. Una vez allí, pintaría en la bola un culo, y hecho esto, con la fuerza que me quedase, que seguro que sería suficiente, la daría una patada ahí, en el culo, que la hiciera salir rodando, cayendo hacia el mar donde finalmente se hundiría. Y, entonces, respiraría hondo y entraría sin lastre en el 2013.
Menos mal que también he sido abuelo, y eso lo salva todo.
Amén.

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