miércoles, 10 de abril de 2013

Carta nº 3 a José Luis Sampedro

Querido José Luis:
Me alegraré que al recibo de ésta, allá donde te encuentres, estés bien, yo no estoy bien, gracias a Dios, pero sigo estando.
José Luis, nos has dejado huérfanos y desamparados. Ya no vamos a escuchar esa voz clara y rotunda que sabía decir y explicar lo que tantos sentimos y no sabemos expresar.
Elegiste ser el economista que buscaba que los pobres fueran menos pobres, frente a los economistas que buscan que los ricos sean más ricos. Qué sensible diferencia a tu favor.
Tu muerte ha coincidido con la de Margaret Tatcher, qué contradición del destino.
Tú, mantenías que había que viajar en metro para entender de economía, mientras, la Tatcher decía que si a los ventiseis años aún viajabas en autobús, eso demostraba que habías fracasado. Qué enorme diferencia a tu favor.
Se podría hablar de tu faceta de escritor, de gran escritor. Eso lo han hecho y lo harán muchos de tus admiradores, pero para mí, la faceta de "persona" es tan grande que me ocupa totalmente.
Te has ido ahora, cuando más te necesitábamos. Tu criterio y lo que tu mente lúcida expresaba deben mantenerse latente, recordandonos que no debemos tener miedo, porque eso nos paralizaría.
No nos conocimos, pero yo me siento tu amigo y por eso, no te digo adiós sino hasta luego.
Sin más que contarte, recibe un saludo de este que te aprecia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario